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El castigo o la rendicion

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El castigo o la rendición

Martha Rodriguez

La reja se cerró tras mis espaldas, el peso de la vida también, no se con que compararlo para que puedan saber como se siente, con un golpe en la cabeza, un puño en el estómago, una bofetada de la vida, esa es la mejor manera, el sonido metálico que se proyecta y no deja de sonar en tus oídos. Viene luego el frío, ese que te llega hasta los huesos que se confunde con el miedo, la angustia, la impotencia, por que sabes que no puedes hacer absolutamente nada, que tus captores son tus dueños y señores, que pueden hacer contigo lo que quieran, lo que deseen y no vas a poder levantar la cabeza para oponerte, que vas a tener que aceptar todo lo que viene para ti, que sin razón o con ella te van a castigar y de la peor manera. Respiro entonces tratando de evitar el dolor que ya siento con más fuerza en mi pecho, no quiero que se enteren de que estoy aterrado, no quiero que me vean flaquear. A medida que avanzo me llega un olor que extrañamente me recuerda los pasillos del centro psiquiátrico en donde falleció ella, ese recuerdo siempre vuelve con ese olor como a vinagre revuelto con amoníaco, regresa entonces el frío, ¿porqué no puede oler a duraznos?, sería tan agradable, se sentiría caliente, hasta podría escuchar el latido de mi corazón. No puedo evitar arrastrar los pies, los siento tan pesados, veo al fondo la puerta gris, ahora si siento mi corazón. No, estoy equivocado, es ese latido que me engaña, que crece junto con el frío y el dolor, ya hasta respirar se me hace insoportable, no puedo evitar volver a ese sitio y verla allí tirada como una muñeca rota, pero sonriendo; siempre me sonreía, hasta cuando le decía que alguna vez fue mía y ella me contestaba que en mis sueños y en sus peores pesadillas. Se abre la puerta, quieren que entre, no puedo negarme allí al final posiblemente encuentre la paz, tal vez este ella, ¿será posible?, quiero llorar y no puedo, ah, por fin donde descansar no es una cama pero al menos podré recostarme, cerrar los ojos y soñar. Todo ha sido tan rápido, apenas cerré mis parpados sentí nuevamente el hielo en mis venas, pero no me importa, va desapareciendo poco a poco, estoy seguro de que cuando los abra, la voy a encontrar, junto a mí , para darme su mano y perdonarme porque ella me ama a pesar de que dicen que le hice daño, yo solo quería que no se fuera, que se quedara conmigo, que desapareciera la soledad y lo he conseguido, ahora solo me queda abrir nuevamente mis ojos y rogar porque su muerte y mi ejecución no hayan sido en vano.

 

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