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Sepulcro blanqueado

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SEPULCRO BLANQUEADO

Heydi

En la profundidad de los sentimientos del corazón una nueva semilla había caído, la semilla de la rosa roja que, acogida en el vientre de una ostra empezó a cobrar vida.

Los primeros rayos de sol atravesaban por la profunda agua azul que cubría la superficie y esa rosa de a poco fue creciendo.

Una mirada, un rayo de sol, una palabra, una esperanza, una ilusión, todo aquello alimentó a la rosa por largo tiempo, creció hermosa, poseía el perfume más delicioso que alguna vez alguna rosa tuviera, el agua se teñía de celeste al percibirlo, se sentía inmaculada, limpia y su paisaje era aún mas hermoso, pero un día esa rosa empezó a decaer, su perfume se esfumó a la par con la espuma del mar, su belleza se extinguía, se apagaba…

Las criaturas observaban que la flor, lejos de marchitarse se tornaba negra, y ¿era fea acaso?, al contrario, la rareza de esa flor atraía la mirada de propios y ajenos, una flor negra había crecido debajo del mar y era tan vigorosa y especial… y la volvía más codiciada y admirada unas pequeñas gotas que derramaban sus pétalos, lágrimas rojas chorreaban por la extensión de su tallo, gotas que curiosamente alimentaban a las espinas, las hacían más fuertes, más gigantes.

La rosa lloraba, sus pétalos no se marchitaban, conservaban una frescura y una elegancia admirables y sus espinas la defendían pero también dañaban todo a su alrededor, peces de sentimientos agujerados en sus aletas, algas partidas por la mitad… un charco negro a los pies de la flor.

Pronto el corazón se convirtió en un sepulcro de sentimientos, cada tumba llevaba dentro de sus paredes algo que un día fue; funesta muerte había traído la rosa con su elegancia y color, y sin embargo un sepulcro blanco estaba reservado para ella, sus pétalos eran arrastrados por la esencia del sentimiento, sus espinas por el dolor, su tallo por la esperanza… en medio del corazón, un profundo agujero queda inerte sembrado para siempre en la oscuridad del mar.

Marchando va la flor, marchando sus sentimientos… ¿acaso muerta estás? ¿Acaso escondes vida en tu interior?

En el sepulcro vacío estarás, ¿podrá acaso el aire recuperarte?

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